Es un momento de satisfacción total, plena. Luego de varias sesiones de entrenamiento, luego de una trepada fenomenal que pone a prueba todo nuestro ser (cuerpo y mente) se llega a lo más alto y se DISFRUTA. Se liberan gritos de gloria, se levantan los brazos, se salta (si quedan fuerzas) y se abraza con los compañeros de aventura.
En ese momento, justo en ese momento. Es donde tiramos el ancla.
Y cada vez que decimos esto a los integrantes del Programa 10 Cumbres ellos saben que tienen que guardar ese momento en su memoria. Tienen que anclar esos minutos de felicidad para no olvidarlos más. Si es posible, como le pedimos siempre, con algún bailecito que ayude a fijarlo en la memoria.
Luego, en algún momento de la semana (o de la vida), iremos a buscar ese momento de felicidad a nuestra memoria y lo recordaremos en cada detalle.
Algunos, que ya tienen varias cumbres y varios momentos «anclados» lo usan como una pastillita antiestress, como un antídoto contra el jefe, como un generador virtual de endorfinas y dopaminas que sirve para sobrellevar cualquier contratiempo rutinario. Es tan simple como eso. ¡Y funciona!, no nos crean, vengan al Programa 10 Cumbres, tiren el ancla ustedes y compruébenlo.
Programa 10 Cumbres
En este momento ya hemos logrado 2 de las 10 cumbres. Las primeras 5 son relativamente fáciles y luego, con las otras 5, el nivel va aumentando progresivamente. Una de las cumbres es el Cristo Redentor ubicado en Las Cuevas, Mendoza. Si bien es una de las cumbres que forma parte de la segunda etapa, no es la más difícil. Diríamos que es la más fácil de las difíciles. Si querés un desafío que dura todo el año y la motivación que te hace falta para no perderte ninguna sesión de entrenamiento, unite a nosotros en este link.